La Continental Obrera fue el periódico de la Asociación Continental Americana de los Trabajadores (ACAT), una organización internacional obrera fundada en 1929, en el marco del movimiento obrero anarquista. Surgió como respuesta a la necesidad de articular una coordinación más sólida entre las organizaciones obreras autónomas del continente americano, especialmente aquellas críticas tanto del reformismo sindical como del marxismo.
Su fundación tuvo lugar en Buenos Aires, impulsada principalmente por la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), la Confederación General de Trabajadores de México (CGT) y otras organizaciones afines de América Latina, con la intención de contrarrestar la influencia de la Profintern (la Internacional Sindical Roja, dominada por el bolchevismo) y de la Federación Americana del Trabajo (AFL), de orientación reformista y colaboracionista.
La ACAT fue concebida como una coordinación federativa autónoma que buscaba sostener los principios de acción directa, federalismo, internacionalismo y lucha de clases, sin delegaciones permanentes ni burocracias centrales. Estuvo alineada ideológicamente con la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), de la que muchas de sus organizaciones miembros eran parte o cercanas.
Si bien su existencia como estructura fue breve y su actividad se vio dificultada por la represión, las dictaduras y la fragmentación del movimiento obrero latinoamericano, su fundación representa un hito en la historia del movimiento obrero anarquista en el continente, al intentar crear una alternativa internacionalista genuinamente revolucionaria y no autoritaria frente a las estructuras del sindicalismo oficial.
Su refundación como ACAT-AIT en 2025 de la mano de las organizaciones americanas de la AIT marca un nuevo referente para el movimiento obrero anarquista en la región y en el mundo.